Azul*

Cuando las luces se apagan, tan solo queda el olor a hierba impregnada en las viejas botas que han quedado olvidadas a los pies de la cama, tan solo las estridentes carcajadas que escuchaste hoy son un vago recuerdo que tus oídos se niegan a borrar.

Justo cuando las luces se apagan, esa respiración inconstante hace notoria su ausencia, privándote de las caricias que la distancia roba...

Y es ahora, cuando la luz se apaga, cuando sientes con mas fuerza, cuando la emoción recorre tu piel, estremecida por el frío de la mágica noche, cuando lloras amargamente las alegrías mas profundas del alma. 

AZUL, todo se reduce a eso cuando ya no queda nada, cuando desnudando tu ser, la soledad es tu única compañía...

Y es ahora, siempre es ahora...

cuando las luces se apagan y tan solo queda el olor a hierba. 

Solo silencio

Y unas caricias latentes que anhelan deshacer los nudos de tu garganta...

Sonrisas de niño

Y pasó...

Dolor profundo de un adiós a destiempo, recuerdos del olor a hierba húmeda aun por el rocío, calor que conforta la piel procedente de un perezoso sol al que parece cuesta salir de su letargo. En la mente, contradicciones al observar las desconcertadas caras de los que pasean debajo de las mismas nubes que surcamos con caricias, momentos en que lo único importante es el mar o la montaña, los lugares donde nos gustaría estar, las situaciones aun no vividas...

y de repente el tiempo se para, la habitación se torna oscura y en el centro, como un espejismo luminoso el pañuelo representante de aquellos tiempos, imagen rescatadora de recuerdos amables, de viajes a lugares mágicos, de Roma...
El mismo pañuelo que un día adornó mi cama, me abrigó en las noches y me protegió en las caídas  ese pañuelo de olor dulce que desentumeció mis alas. Ese pañuelo que ahora rodea su cuello bañado en sol, ese al que ya no puedo acercarme sin una buena escusa que apague sus miedos, mis miedos al abandono, al adiós definitivo.

Le pedí mil veces al calendario que se detuviera, que me diera tiempo para darme cuenta que un año no pasa tan despacio, que en tan solo un año pude volar muy alto, y antes de que este acabara, caí al suelo y sin poder recuperarme del golpe me ataron las alas al peso de la decepción.

Pero no, aunque ya es tarde y se hace de noche, no quiero desprenderme de esa sensación de la hierba húmeda  del sol en la piel, de las caras extrañadas.
Fue un año demasiado importante, fue el año en el que aprendí a volar y caer.
Pero las cosas nunca suceden porque si, ahora sé que se puede, sé como hacerlo... Gracias por dejarme entrever el camino que siempre me negué, por haberme permitido sentir la ternura de este, por haberme aceptado cerca del tuyo, por haberte sentido, por ti caótica y dulce personita.

Despierto y vuelve la luz, ahora el pañuelo se desdibuja en un ambiente menos amable, frío  agresivo, y lo único que me viene a la mente es la pregunta que en un tiempo ya pasado se nos ocurrió a los dos: ¿Habrá sido todo un sueño? 

Cuando llegue la lluvia

Cuando llegue la lluvia estaré lejos de esto, 
cuando llegue la lluvia dejaré que sus gotas estremezcan mi cuerpo con su cálido frío.
en ese momento, esté donde esté, saldré a la calle, bailaré bajo el cielo gris. Gritaré que soy libre, que rompí las cadenas.
Cuando llegue la lluvia te darás cuenta que no hay marcha atrás, que cogiste un camino equivocado, que ya no podrás perderte más puestas de sol empañando cristales.
Cuando llegue la lluvia pienso disfrutarla, amarla y entregarme a ella, empaparme de su vida, luchar porque me sienta.
Recordaré las películas  la noche, el frío  recordaré el dolor, la tristeza, las malas caras... pero cuando llegue la lluvia la única imagen que va a dejar va a ser la de un tiovivo con las luces encendidas en un día gris, como si el fuese un aislado foco de vida en un territorio desolado por la nada. Esa, esa imagen y no otra...
en ese justo instante solo habrá un pensamiento en mi mente. Mi rostro, humedecido por el agua volverá a iluminarse.
Cuando llegue la lluvia podremos decirnos adiós  seremos de nuevo dos niños jugando con el barro sin miedo a ensuciarnos la ropa nueva.
Y mientras tanto, mira la ventana. ¿Te has dado cuenta?

Está lloviendo!         .

Te amo!

¿Qué pasaría si no existieran las nubes?

Si no existieran las nubes, los elefantes rosas que se esconden detrás de las cortinas tendrían que subir al cielo para sustituirlas.

Si esto sucediera, las cortinas estarían tan solas que necesitarían la compañía de unos cuantos monos fumadores, en el momento que estos aparecieran las cortinas se irían con ellos de fiesta al paleé que se encuentra encima del árbol del río.

Si las cortinas se van, las casas de seis ventanas no tendrían con que taparse y tomarían la decisión de excluir a las ventanas al sótano, con lo cual serian simplemente casas (sin ventanas)

Si las casas ya no tienen ventanas, el sol no puede tocar con sus rayos las hojas de las plantas de maría.

Si las plantas no realizan la fotosíntesis (proceso necesario para su nutrición y obtención de energía) (lo se por que voy a ciencias), estas no pueden sobrevivir.

Si ya no existieran las plantas de maría, no podríamos ver satisfechas nuestras necesidades fisiológicas básicas.

Si nosotras no vemos cumplidas esas necesidades, nos volveríamos de color rosa, con lo cual la ardilla de las espadas láser se moriría de risa.

Si la ardilla está muerta, el ponny no podrá escapar, y si el ponny no escapa, no será capaz de hacerse ningún perro (ni mastín ni caniche)

Sin un perraco bien grande, la máquina de hacer regalos de Papá Noel se paraliza y ya no concede deseos a la orquesta de ranas y perros de la charca en el balcón.

Si el balcón no existe,

• ·        ¿desde donde miramos Esparta de espaldas?

Y si no sabemos donde recorcholis está Esparta…

• ·        ¿Qué sentido tiene la existencia de los viñedos?

Mariposas

Mariposas furiosas, fuego ardiente

dolor encadenado al sabio adiós

volar nunca fue tan dificil. GRITA!

No es necesario demostrar,

tan solo mirame, dulce,

se y fluye con ello, llora

no importa si ahora no eres la mujer fuerte

que todos esperan...

Llanto de niño, desconsolado,

doloroso, puro, liberador...

Destruye ahora todos los muros,

regresa victoriosa, más sabia, más tu.

Mariposas ardientes, fuego furioso,

alegria ligada a la libertad,

volar siempre fue sencillo. HAZLO!

Alfiler

Oscuridad, noche... el lado derecho de la cama está vacío, no se oye ya la respiración de la compañía  ni se siente el calor de otro cuerpo, las caricias entrecortadas entre sabanas.
Frío, soledad... Ahora solo se escucha el silencio. 
Los jadeos, los "te quiero", las palabras de aliento, las guerras de colchón quedan ya muy lejos.
Miedo... cada cambio es un salto al vacío  un riesgo, una renuncia a la comodidad de lo conocido. Desprenderse de algo querido siempre da miedo.
Libre vuelo... el salto... el vacío .. Duro golpe tras la caída  una vez sola, ese lado derecho, desnudo de su antiguo abrigo, duele. El silencio se hace patente, más fuerte que nunca. Callas y escuchas.
Bosque, mariposas... Abres los ojos, desnuda ya de tu comodidad, te das cuenta de todo el jaleo que hay a tu alrededor  todo ese maravilloso ruido que era inaudible ente tus cómodas sabanas, y no es que ahora no sigan siendo suaves y agradables, simplemente hay más luz, más espacio, más tiempo, más vida... date todo eso, el salto ha sido fuerte, ahora puedes pararlo todo y conocerte, reparar los daños, apoyarte en todo aquello que rechazaste una vez, volver a ser un cachorrillo en busca de juegos y caricias...
Luz, noche... el lado derecho de la cama ya está vacío  respira y duerme a tu gusto, como tu quieras, es tu tiempo!